En los albores del siglo XIX vivían en el pueblo de Ruiloba, sito entre Comillas y Cóbreces, el matrimonio Manuel Ma del Brezo Bernaldo de Quirós y Antonia Pomar González. Fueron padres de una numerosa familia de once hijos, seis de los cuales murieron antes de cumplir los 20 años. Gozaban de gran estima entre sus conocidos y D. Manuel fue varias veces alcalde del pueblo. Él fue el heredero y trasmisor del noble apellido “Quirós”, tan vinculado en lo sucesivo a la historia de Cóbreces y a la abadía de Viaceli.
Con la muerte de estos dos nobles consortes se hacen cargo de la hacienda y posesiones paternas los tres hijos supervivientes: Manuel, Antonio y Valentín, que falleció en 1859. Además de su casa familiar en el barrio de Concha en Ruiloba, eran dueños de una casa solariega en Cóbreces, donde habían vivido sus antepasados durante casi doscientos años
Con la muerte de estos dos nobles consortes se hacen cargo de la hacienda y posesiones paternas los tres hijos supervivientes: Manuel, Antonio y Valentín, que falleció en 1859. Además de su casa familiar en el barrio de Concha en Ruiloba, eran dueños de una casa solariega en Cóbreces, donde habían vivido sus antepasados durante casi doscientos años
Tras largos y nada fáciles trámites con la orden Cisterciense, Dom Cándido Albalat, valenciano de origen y abad de Na Sa del Desierto, en Francia, acepta el legado de los hermanos Quirós y lleva a efecto la Fundación del monasterio con la misión adjunta del Instituto Agrícola Quirós. En 1904 comienza la construcción del Instituto y en 1906 la de la Iglesia monacal y resto del monasterio.
Los monjes no son propietarios sino usufructuarios de esta Fundación, que incluye el Instituto, la Abadía y las fincas. Cuidan con solicitud todo este patrimonio y viven de sus beneficios. Una de estas actividades ha sido durante casi un siglo la recogida de leche a los ganaderos de la comarca, para la elaboración de queso y como un medio de ayudarles a fomentar y vivir de la agricultura. Actualmente todo esto se ha renobado y los monjes continuan con la fábrica de quesos “Trapa”, viviendo de su propio trabajo. En 1909 el Papa Pío X otorga el Breve de Erección Canónica de Sa Ma de Viaceli y en 1912 un grupo de monjes, con el P. Manuel Fleché como Superior, hacen voto de estabilidad. Y comienza una nueva historia monástica, la primera presencia cisterciense en la actual Cantabria, llena de entusiasmo e ilusiones, empeñada en encarnar el ideal de Císter en un lugar y circunstancias muy concretas.